Un manito le dice al otro: compadre ¡Que viva la menstruación!… Compadre, será la revolución. Pos es lo mismo, las dos derraman sangre.
Lo anterior fue un chistecito que me contaron hace ya varios días, me gustó más por el mensaje que transmite que por el juego de palabras que se plantea; desde joven me sentí atraído por palabras que tenían que ver con revolución, con cambios drásticos que cambiaran de una vez todo lo malo, y que instaurara la igualdad en el género humano, protección para el desvalido, educación de calidad para el pueblo, acceso rápido a entes gubernamentales y respuesta oportuna de los mismos.
Al pasar el tiempo me considero humanista, los conflictos entre capitalismo y socialismo me han cansado, de nada me sirve tener neveras y cocinas si no tengo que cocinar, y de que me serviría tener alimentos sin las comodidades que brindan un buen hogar. Ha más de diez años de comenzar la danza del cangrejo en Venezuela, siento una profunda decepción de lo que Esteban ha instaurado en el país, de poseer un sistema de salud regular, pasamos a una colección de hospitales que dan nauseas, sin médicos preparados, sin enfermeras, sin insumos, es decir un sistema de salud que no brinda salud.
En materia de seguridad estamos e n coma, y el gobierno en vez de mejorar los procesos judiciales los atrasa con medidas que buscan tapar su gran metida de pata en el sector eléctrico, y los más afectados son los reclusos que ven cada día más lejos sus juicios, de paso solo un noventa por ciento de los crímenes llegan a tribunales lo que genera un caldo de cultivo idóneo para lacras sociales.
Cada día los espacios para disentir se hacen más pequeños, comenzaron con RCTV y un gran número de emisoras, hasta ahora no han podido cerrar Globovisión a pesar de todo el terrorismo judicial que se han inventado; a los medios oficialistas nadie los ve, ni siquiera los adictos al lenguaje del odio que transmite el alto gobierno; ahora vienen por Internet.
Cada día que pasa esta revolución adquiere la imagen del fracasado barbudo cubano y su corte parasitaria que han empobrecido a los habitantes de la isla mientras los altos dirigentes se dan lujo en Cuba como en el resto del mundo. Con el corazón en la mano, no quiero esta revolución, mientras sigan niños en la calle, mientras nuestros “maisimos lideles” tengan ese coñazo de guardaespaldas y a los míos los masacre el hampa, mientras los jerarcas se muevan en camionetas blindadas y nosotros en camionetas destartaladas, mientras los chivos vivan en mansiones y el pueblo viva en ranchos; yo detesto esta revolución.
La esperanza sigue viva, mientras esta revolución se va muriendo, solo le pido a Dios vida para ver que paguen el grave daño que le han hecho al país.
Audio Entrada: ¡Ya No Quiero Mas Revolución!
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