Me levanté una mañana cualquiera estremecido por los gritos en la calle de la gente que estupefacta no podía contar lo sucedido, o más bien, sorprendido de que aquella muchedumbre no tendría dinero para poder sobrevivir a lo que había sucedido.
Una mañana desigual e inverosímil, la decepción plasmada en la cara de los “sin cara” de siempre, una puñalada trapera trastocando el corazón de la esperanza y muchos de los sueños convertidos en factible realidad, arrojados al botadero de la avaricia y el salvajismo.
Era la primera de muchas mañanas sin revolución, hoy no había nada de lo que, con dolor y mucha lucha habíamos conquistado. Hoy me levante y no había médicos en el octogonal de Barrio Adentro, no había un Mercal donde poder adquirir los bienes de primera necesidad al precio real y poderle ganar una a la derecha empresarial carroñera, saqueadora y ladrona.
Hoy era un día negro y hasta aquel que creyó odiar la revolución también pagó el precio de la asquerosa derecha apátrida. El desespero en la calle era total, inclemente, desdichado. ¿Hacia adonde iremos ahora? Se preguntaban los niños en las calles al ver que habían implementado de nuevo la matricula escolar para la educación pública gratuita y aquel sueldo dignificado que tuvimos con Hugo Chávez ya no era tal, le habían disminuido en un día en valor, lo que El Comandante le costó valorizar en 10 años de guerra sucia y saboteo. En ese momento entendí que mi hijo no iría a la escuela nunca más.
En ese instante empezamos a entender que se había cometido un error.
En el diario que ahora costaba 50% más caro se leía en primera plana y con euforia entrelineas: Nuevo Presidente eliminó el control de cambios y precios. El dólar lo vendían al precio que les daba la gana, PDVSA reincorpora a los 16 mil apátridas traidores que se cagaron en la empresa en el asqueroso paro, Eliminan la Ley de tierras, y todas las leyes socialistas, instauran de nuevo la Prueba de Aptitud Académica e interna para que solo los ricos entren a la universidades. Se suprimen la Universidad Bolivariana, los Liceos Bolivarianos y Simoncitos. La Universidad de las Artes es saqueada y montan ese bunker de fascistas llamado el ateneo de caracas. Pulverizan la red Mercal Y PDVAL, solo como la primera medida para que compremos solo sus alimentos caros.
Se eliminan las 5 leyes que protegen a los consumidores de las estafas empresariales, de bienes y servicios. Se cobra de nuevo el IPC hasta con retroactivo por los años que Nuestro Máximo Líder Ordenó no pagarlo más, y hasta Movistar que nunca dejó de aumentar en todos estos años a pesar de recibir dólares de CADIVI, aumenta en 200% todo y de paso vuelve a poner la contestadora sin avisar a sus usuarios, se caen el 80% de sus llamadas operativas y nos cobra por eso.
Pasan las horas y cada minuto somos más pobres, las ansias de dinero, de pillaje, de robar y saquear lo que no es de ellos, son cada segundo más grandes y nosotros nos sumergimos en un abismo de miseria cada segundo.
Es mediodía y no nos ha tocado lo peor aún, ya para este momento mi salario vale solo un 5% de lo que valió alguna vez, y no sé si lo tendré; están botando a todos los chavistas de los empresas anuncia RCTV de nuevo en señal abierta. Y mi sindicato no existe, lo declararon ilegal. Derogaron la ley de inamovilidad laboral por lo que mi destino profesional es muy incierto. Hoy se vendieron todas las empresas de propiedad social porque el estado no debe ser administrador de nada y muchos se quedaron sin empleo. Volvieron a colocar las 8 horas diarias de trabajo y las Inspectoras están cerradas, hay colas de personas reclamando su trabajo y nadie que de soluciones.
-¡Es un gobierno empresarial y aquí todos estamos jodidos!- Me dijo un anciano que había formado parte de mi Consejo Comunal hoy declarado ilegal y sustituido por la Asociación de Vecinos, seguro estoy que vendrán a cobrarme las reparaciones gratuitas que hizo La Revolución en mi casa, por lo de mi techo sabes, se estaba cayendo. Que infortunio.
Ya avanza la tarde y la policía está en la calle, la represión es evidente, la guardia se transforma, hoy ya no nos cuida, hoy solo les interesa la matraca y cuidar los negocios de los chinos y árabes para evitar que lo saqueemos. La brisa de la tarde trae el olor de la miseria y en casa todos entendemos que realmente cometimos un error.
En menos de un día acabaron con lo que nos costó más de una década construir, con las supuestas “redes populares” de Leopoldo López y el “radar de los barrios” de Jesús Torrealba, la mentira de las “radios bembas” y todo ese aparataje que ellos mismos suelen llamar “populista” “escala Cerro” se nos fueron metiendo, tal vez como mansa ovejas a tratar de convencernos que un gobierno de ellos es mejor que La Revolución. Era mentira, solo nos querían utilizar como lo hicieron durante 40 años para sacar la mejor tajada, vivir chupando del estado y explotándonos a nosotros El Pueblo.
Llega la noche y estoy desempleado y todo cuesta 200% más caro de lo que costaba ayer, no tengo internet porque a CANTV la privatizaron y aumentaron el valor en 100%. Así como también se deshicieron del Banco De Venezuela, SIDOR, PDVSA, Aceite Diana y todas las empresas de Producción Social. Un avance de “El Observador” dice que eliminaran el Bolívar Fuerte.
Es una noche negra y amarga, mis vecinos dicen que ya cobran en los hospitales, que hay ley de vagos y maleantes, que cerraron las radios comunitarias y que le metro aumento en 200% su tarifa. Hay angustia y desesperación en las familias más empobrecidas aun de la sociedad, la derecha empresarial apátrida evasora de impuesto y saqueadora sin fin se ha apoderado del poder político y ahora nos ahogan en lo que nunca nos pudieron quitar.
Hasta el Señor José, “escuaca” hasta en la cédula hoy se lamenta que, por vivir en nuestro barrio, el también sufra lo que nosotros estamos sufriendo. Hoy no somos ni siquiera gente, hoy somos negros, hediondos, marginales, barrabaleros… somos Chavistas.
Me recuesto en mi cama y mi esposa me toca el pecho, a ella también la botaron hoy, tenía 4 bolívares que solo le alcanzó para regresar a casa, la policía patrulla esperando que caiga algún pendejo para quitarle hasta lo que no tiene, a ellos también les dieron duro. Mañana no sé si llamara el Banco a pedir la cancelación total de mi tarjeta de crédito que a duras penas y con la prosperidad que había en la Revolución pude obtener, no sé si tocara vender el carrito que logre comprar en La Revolución o lo peor; si alguien ya a estas alturas me lo comprará. Hoy es un día triste y ya para las 10 de la noche, cuando el sueño llama, no tengo nada, más bien debo. Con angustia, abrazando a mi esposa y a mi hijo de quedo dormido odiando al amanecer con desesperanza.
Y sonó la alarma, mi esposa sigue dormida y me levanto, oigo en las calles el ruido de lo normalidad y entendí que lo de ayer era solo una pesadilla, hoy me levante en Revolución, con todo lo que me garantiza mi nivel de vida y desarrollo totalmente intacto, con las leyes que me cuidan a mí y a mi familia allí donde siempre deben estar y nunca cambiar.
Mi país sigue siendo el mismo y Nuestro Máximo Líder Comandante Hugo Chávez al frente. Con una enorme sonrisa en los labios me tomo mi taza de café, miro “Despertó Venezuela” en paz porque mis hijos no volverán a ver pornografía en la televisión nacional abierta, despierto con un beso a mi hermosa esposa y asumo en mis pensamientos que es mucho lo que está en juego, es mucho lo que vamos a perder si no entendemos que la revolución es nuestra y que debemos valorar.
Gracias a Dios hoy voy a trabajar, y el valor del metro será el mismo, que iré al mercal y que mi salario, el mas alto de Latinoamérica me alcanzara hasta para pagar la mensualidad de mi tarjeta de crédito. Y que hasta movistar no me pondrá la contestadora sin avisar en el 80% de mis llamadas operativas y me cobrara de paso. Hoy hay revolución en mi calle donde hasta el gas es gratuito, mi hijo ira a la escuela y yo podré debatir muy felizmente hasta con el Señor José “escuaca” hasta en la cédula.
Audio Entrada: Un Día Oscuro, El Día Que Nunca Será.
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