Hace poco recibí un correo, una especie de cadena de esas en las que tienes que reenviar con el fin de despertar conciencia. Este correo en particular me hizo sentir mal, me mostró la realidad de una manera diferente, aunque ya la conocía, la manera cruda como se presenta me hizo ver el túnel por donde supuestamente estamos andando desde los ochenta, pero lamentablemente perdí de vista la luz. Es una especie de remordimiento y tristeza, y yo me pregunto ¿que coño se está haciendo mal?
Aquí existen personas que dicen que ni que venga Jesucristo, podríamos lograr un cambio radical.
Hay quienes dicen que parte de nuestros males está en nuestro origen, nuestros ascendientes son españoles, africanos e indígenas; los primeros españoles que llegaron al país fueron lacras, ex presidiarios, sólo buscaban riquezas fáciles; por parte de nuestros abuelos africanos tenemos una raza muy trabajadora, pero lo hacía de manera obligatoria, eran esclavos que hacían su trabajo porque si no los mataban; y de parte de los indígenas, sabemos que convivían con el ambiente de una manera muy particular, tomando solo lo necesario para su subsistencia. De una mezcla así no saldría nada bueno.
Ahora bien, sé porque lo he palpado que como sociedad estamos en pañales, la gran mayoría de los que conforman el país no conocen la palabra convivencia, he podido constatar como los entes gubernamentales limpian cauces de agua sacando cualquier cantidad de basura y no han pasado quince días y lo que se dejó limpio vuelve a lucir tan o más asqueroso que antes. El el transporte público se ve al usuario lanzando basura dentro y fuera de la unidad, y si a los choferes nos referimos utilizan los equipos de sus unidades como si fueran discotecas, se paran donde les da la gana, irrespetan las señales de tránsito, y este mal se extiende a taxistas, gandoleros y conductores particulares. El peatón ni usa las pasarelas, y cruza las calles por cualquier parte menos por el rallado. En los entes gubernamentales abundan los intermediarios que agilizan trámites de hasta más de un año y lo hacen milagrosamente en menos de dos días dependiendo de la "mascada", en las colas kilométricas siempre tenemos "amiguis" que nos dan la colita.
Creo firmemente que la educación es un factor de suma importancia en nuestro entorno, dentro de las familias se induce al niño a buscar carreras que le permitan adquirir un mayor cúmulo de riquezas en el menor tiempo posible, en bachillerato tenía un amigo que quería pertenecer a la Guardia Nacional para que lo asignaran a la frontera, y de verdad que por ninguna parte me mencionó el querer servir con honor, que se puede decir de aquel gordito que ingresó al país imperialista con más de 50.000,00 $, cuando tres años antes era un ciudadano común y corriente, llegando a adquirir una mansión con más de diez habitaciones en una elegante zona de la gran Caracas.
Los valores como el respeto y la honestidad están de adorno en nuestro sistema educativo, los maestros venezolanos aspiran a sueldos millonarios, pero dan clases de lunes a jueves, tienen más de tres meses de vacaciones y cada día brindan una educación de escasa calidad.
Hace mas de quince años se da a conocer una agrupación que condenso todo el odio que le tiene el venezolano a la corrupción, al abuso de poder, a la burocracia podrida, a la ineficiencia, y por un tiempo se creyó que un gobierno de amplia base propiciaría la creación de una nación grande, democrática. Pero el poder corrompió al líder de aquel grupo, se volvió sordo y loro, sólo oye a un viejo que sumió en la más absoluta pobreza a un pueblo que observó en aquel barbudo a un mesías y resultó ser un lobo vestido de oveja. Hoy Huguito se hunde en su propio estiércol, diez años tratando de proteger al mundo del capitalismo ha convertido al país en un nido de lobos donde reina el hampa y la corrupción, donde no hay azúcar, ni café, ni hospitales operativos y ahora electricidad. Por cierto a quién se culpará por lo de los apagones, ya escuché a varios filósofos chavistas que eso es obra de la derecha y del imperio, mientras en los hogares pobres se les pudre la comida por falta de refrigeración, Huguito invierte nuestro dinero en Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y Venezuela que la salve Cristo.
Huguito esto no pasará en vano, y un día no muy lejano rendirás cuentas ante el tribunal del pueblo, y por mucha paja que hables difícilmente saldrás exonerado.
Audio Entrada: Nuestra Venezuela.
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