No es muy difícil arribar a la conclusión que el problema venezolano es fundamentalmente un problema monetario y económico. Un presidente que llegó por elecciones democráticas y limpias a gerenciar un estado podrido hasta las medulas, con una “corruptocracia neoliberal” enquistada en cada ente gubernamental y encontrándose un país profundamente empobrecido por culpa de la derecha asquerosa apátrida evasora de impuesto y saqueadora del salario obrero, debió asumir un cambio no solo de timón, sino del centro de la ideología misma del venezolano para lograr salvar la patria.
Nuestro Comandante Presidente definitivamente y en el marco de salvar a la sociedad venezolana, el país nacional y la republica del irremediable abismo al que nos llevo esta derecha asquerosa, tomó decisiones contundentes para revertir todos los desaciertos corruptos realizados en la cuarta republica, tocó intereses (Tetas Como decímos en Venezuela) y arremetió contra la incalculable maraña de privilegios que, esta derecha apátrida que se había enquistado en el poder político, tenían y gozaban.
La derecha venezolana, cuarta republicana, corrupta hasta en la cedula, saqueadora, evasora de impuestos, irresponsable con las obligaciones contractuales obreras, no solo tenían el poder económico, que les permitía acometer toda clase de abusos contra los obreros, empleados, trabajadores, así como también del bolsillo de los ahorristas y de la sociedad civil en general. Sino que ostentaban el poder político que usaron por muchos años para aplastar al pensamiento político contrario, violar toda clase de libertad de expresión y amedrentar a la población que exigía aumentos de salarios que nunca tenían.
Deserción escolar, miseria, desempleo, bajos salarios, quiebra de bancos, saqueo, evasión de impuestos, hiperinflación y sin contar que solo se enriquecían ellos, dejando al 80% de la sociedad civil sumida en la oscuridad de la pobreza. Un 80 por ciento de pobreza extrema era el hermoso y fabuloso panorama que nos dejó la derecha venezolana en 40 años en el poder económico, político y militar.
Pero para fortuna de todos…
¡Llegó El Comandante y Mandó a Parar!
Así arribamos al tristemente célebre “paro cívico nacional” que fue la medida de la asquerosa derecha para lograr salir del Único que pudo arrebatarles la teta de la boca, despojarlos de los privilegios que habían ostentados en detrimento y desgracia de la sociedad civil venezolana.
Nuestro Máximo Líder instauro dos medidas soberanas para resguardar el bolsillo de la republica y el bolsillo del ciudadano común: El Control De Cambios Y El Control de Precios. Una medida que la misma sociedad exigió ante el aumento grosero, asqueroso y salvaje que las corporaciones alimentarias y empresas de alimentos habían implementado para poderse recuperar de un paro que ellos mismos propiciaron. Insisto en que el paro además era un lock out, ya que en muchas empresas, fábricas y locales comerciales los trabajadores querían continuar sus labores, pero los patrones tomaron la decisión de pararse. Por supuesto sin pagarle el salario a nadie. Hasta los periodistas de la media asquerosa venezolana pagaron el precio del paro ante la cantidad de despidos en ese sector.
El empresariado evasor de impuesto e irresponsable de las obligaciones contractuales pretendía, aparte de la ola de despedidos, asentarle otro golpe más a la sociedad civil venezolana aumentando los alimentos, bienes de segunda necesidad, productos y servicios en más de un 100% para así recuperarse del paro. Razón por el cual Nuestro Máximo Líder mandó a parar, pero esta vez con la ley de Regulación de Precios.
Así la derecha empresarial no se pudo recuperar del paro y no pudo asentarle la carga de una decisión propia al resto del país nacional. Venezuela veía estupefacta como la Hiena perdía la carroña, desde ese momento hasta ahora han transcurrido 7 años, ellos aun no se han recuperado del paro y utilizan las mil y un artimañas para no cumplir con la regulación de precios de los bienes de primera necesidad.
Allí radica el gran problema del “antichavismo” de la gente que sin razón alguna adversa a este gobierno que solo ha luchado por las reivindicaciones de las grandes mayorías. Otras medidas incrementaron la saliva de la asquerosa Hiena que sueña con esa carroña que no tiene: La ley de Responsabilidad social en radio y televisión. La ley de tarjetas de crédito y debito. La regulación de los créditos indexados y la cuota balón, la ley contra la especulación y el acaparamiento, la ley del acceso al consumidor a productos y servicios, La ley contra el cobro del IPC, entre las más importantes para combatir a la reaccionaria derecha hiena de una carroña que nuca volverá a tener.
Hoy más que nunca el pueblo venezolano, la sociedad civil y el país nacional saben bien quien es quien en Venezuela, entiende lo que significaría colocar a la carroñera Hiena junto a la carroña. Sin Proyecto de país, sin líder con bolas para ponerlo en práctica y sin pueblo que los apoye, no podrán demostrar que su interés en el poder político es para favorecer a las mayorías, sino que solo es para saciar su sed neoliberal asquerosa de recuperarse del paro y obtener la ganancia excesiva a costa de la miseria de la inmensa mayoría.
Esta Venezuela de la primera década del siglo 21 ya no les cree y seguirá exigiendo ¡¡Patria Grande, prospera y Bonita, SOCIALISMO y Muerte a la DERECHA APÄTRIDA!!
Audio Entrada: De Carroñas y Carroñeros.
Video Adjunto: Consecuencias Del Paro 2002.
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