Tenía abandonado el blog esperando una descarga de mi compañero a un grupo zuliano, o al menos eso creo, sin embargo tengo días con esto en la cabeza, que se trata de declaraciones dadas por la señora Dedo Farías y la Fiscal general de la república, en cuanto al tema de la delincuencia que azota a todos los sectores, y que no respeta ningún ser humano, raza, credo o condición física; por ejemplo hace poco asesinaron un señor cuando le robaban el carro por el hecho de no 
bajarse rápido del carro, la víctima contaba con más de sesenta años y llevaba una prótesis, lo que le impedía moverse con facilidad, y sin embargo a las lacras no les importó y delante de su hija lo mataron.
La amante del dedo de Huguito, la Sra.. Farías, habló hace poco acerca de los permisos necesarios para la construcción de centros comerciales en la Gran Caracas, ye informó que dicha permisología no sería otorgada, ya que los centros comerciales son una alusión clara al capitalismo, y la Sra.. no entendía como los ciudadanos acudían en tropel a estos espacios gigantes en perjuicio de los bulevares y avenidas de nuestras principales ciudades. Lo que no dice la Sra.. Farías (ex ministra del ambiente, gracias a ella nos podremos bañar en las cristalinas aguas del Guaire) es que en las principales avenidas y bulevares el índice de robos y asaltos va en aumento en la medida que se acerca la tarde, y que si de ir a caminar por Sabana Grande a las ocho de la noche, prefiero hacerlo en el Sambil porque definitivamente conjuga funcionalidad, comodidad y seguridad. Con esto no digo que en un Centro Comercial no exista presencia de criminales, simplemente que las estadísticas lo ayudan.
En el caso de nuestra hermosa Fiscal, me da la impresión de que vive en algún planeta lejano, que en su locura socialista se disoció de la realidad o que se la pasa analizando los
discursos de Huguito y Fidel y se le secó la mollera, de lo contrario como puede escurrir el bulto de la delincuencia hacia los más pendejos, es decir el pueblo, es decir nosotros los llamados Juan Pendejos somos los responsables de tan catastrófica avalancha de delincuentes. Es decir nosotros tenemos la culpa de salir a trabajar, estudiar o pasear, y que nos llegue una lacra social nos quite los poco que cargamos encima y de paso nos pueda pegar un tiro. La heredera de Isaías Rodríguez esgrime la poca voluntad que existe en los venezolanos para ir a denunciar un robo, un asalto, un secuestro; lo que no dice es la poca o nula acción que puede ejercer una denuncia; en un peligroso barrio de la capital se logra detener una peligrosa banda, conformada por más de nueve miembros, los cuales mantenían en constante zozobra a la comunidad donde residían; al pasar tres días de poner a semejantes lacras en la cárcel ya cinco de ellos estaban en el barrio, habían pagado 100.000,00 Bs. F. (cien millones de los viejos) y estaban buscando a los “sapos” para mandarlos al más allá. Ahora Sra.. fiscal, explíqueme como se puede colocar una denuncia sin poner en peligro la vida propia y de familiares.
La única manera de controlar la delincuencia es depurando todo el sistema judicial, la fiscalía y los cuerpos policiales, aplicar la contraloría a los funcionarios públicos y grandes penas de cárcel que incluyan el control total de los bienes que posean los elementos que incurran en corrupción y sean subastados de manera pública. Las cárceles deben convertirse en sitios donde el recluso pueda adquirir un oficio productivo, y que sean auto sustentables. La educación debe comenzar desde el nacimiento y el estado debe velar porque así sea. La delincuencia se acabará el día que exista voluntad política para hacerlo, las palabras huecas y sin acción de nada sirven.
Audio Entrada: Farías, la Fiscal Y La Inseguridad.
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