13 junio 2009

mestizosss No es para nada loco ni menos recurrente en intentar creer que lo que ocurre actualmente en Venezuela es el resultado de la acumulación de energías simétricas entre dos polos que, conviviendo en “paz” y “armonía”, terminaron un buen día por encontrarse.

Durante mucho, pero mucho tiempo atrás, existe en Venezuela, la de la cuarta sobretodo, una extensa y profunda lucha de clases que se ha vivido tras vestidores. Todos sabíamos que existía; todos odiaban los paños del cerro (Caracas) y los trapitos del sur (valencia). Nadie podía ver a unos negritos (Afro-descendientes) comprando ni mucho menos paseando por los Centros Comerciales de las imponentes “Desarrolladas” “cuarta republiqueras” ciudades capitales de nuestra hermosa Venezuela. Caracas nuestra Majestuosa capital, Maracaibo: La bella ciudad de la “meritocracia” y por supuesto la Valencia Industrial: asentamiento de la clase empresarial, no se podían dar el lujo de oler a pobre.

Los Pobres en un principio no era la clase social dominante en la Venezuela de Juan Vicente Gómez. Un Juan Vicente que, a pesar de su funesta malversación y su tiranía derechista, logró crear una verdadera clase media patria. Disminuyendo así a una minoría, al igual que la rica, a la clase pobre. Más sin embargo el sueño de una Venezuela desarrollada a finales de la década de 1920 estaba aun lejos de ser verdad.

Con los mediados de los cuarenta y al finalizar la guerra Mundial ocurrieron dos hechos que cambiarían totalmente la historia de nuestro hermoso pueblo. La llegada de los inmigrantes Españoles, portugueses e italianos. Que no eran más que los desposeídos de aquellos países de los que huyeron para no tener que ser esclavos de la Alemania Nazi, mejorando así su nivel de vida en relación al que tenían en la Europa en guerra. Llegaron a estas tierras, con una mano adelante y otra detrás, con mucha hambre y siendo felices ante la ingenuidad de la comuna venezolana que los recibió muy diferente a como ellos reciben hoy a nuestros hijos allá.

El segundo acontecimiento fue sin duda alguna la instauración de la “democracia” en 1958 con la caída del General Marcos Pérez Jiménez. Hecho que sin duda marcó una triste y negra hora en el reloj histórico de la nueva Venezuela que recién nacía en esos años, fruto del anhelo y sueño de libertad de todos los Compatriotas de esa época. La historia demostró que nunca fuimos libres. Los hechos que hoy podemos ver en primera plana y la locura en la que se ha convertido nuestra sociedad, políticamente y moralmente hablado, es algo que tiene entre esos dos momentos en el espacio y tiempo venezolanos su más infalible génesis.

Si bien se nos ha inculcado desde pequeño que, los empresarios inmigrantes fueron los que levantaron a este país, esta aseveración está realmente lejos de ser cierta. Venezuela fue en aquellos tiempos un país con una riqueza petrolera envidiablemente enorme y el presupuesto de una Venezuela casi construida por el General Marcos Pérez Jiménez era muy poco. De allí se derivó la “Venezuela Saudi” en la que por cosas generosas del creador, el capital petrolero que ingreso a este país fue un caudal increíblemente grande.

Más No lo suficiente como para superar al inmenso rio de Corrupción, avaricia, pillaje y codicia que se estaba incrustando en las venas de la sociedad relumbrante de lujos y la recién disminuida clase media petrolera e hija de inmigrantes que estaba floreciendo.

A mediados de 1970 el hueco social ya era evidente: de aquella ancha y amplia clase media que Gómez logró estabilizar solo quedaba un tercio. De repente y gracias a la política del gobierno de Carlos Andrés Pérez de abandono del campo, empezó el nefasto éxodo campesino y las tierras que habían formado a la clase media de este país en buena parte del siglo XX, para la década de los setenta era solo un preludio de todo lo que se viviría después.

Con la llegada del campesino a las metrópolis importantes e industrializadas empezaron muchos fenómenos. Personas que en sus lugares de origen estaban en condiciones de habitabilidad se hallaban hacinadas en lo primero que les diera refugio y como los terrenos de abajo no estaban disponibles decidieron irse a los cerros pero nunca volver al “retraso” que el gobierno de turno les hacía ver que era el campo.

Nacieron los retoños de los “Cinturones de miseria”. Nacieron los "Ranchitos", los barrios y los “Marginales”. Yo más bien diría: “Cinturones del abuso, del pillaje, de la explotación del hombre por el hombre, de la insalubridad y la delincuencia… Cinturones del racismo y el clasismo”.

Con mano de obra barata y explotable en los cerros y en las periferias de ciudades importantes por concentración poblacional: Valencia, Maracaibo, Caracas, El Tigre, Puerto Ordaz, Maracay etc. Y una clase media descendiente de inmigrantes, que su ves se había transformado en clase empresarial, se inaugura Oficialmente a principios de 1970 la era del Clasismo y el Racismo venezolanos.

No es un fenómeno, es algo heredado de la clase media de esa época de su ascendencia europea.

No es algo adquirido ya que en Venezuela no se hablaba de clasismo ni racismo en la clase media de Gómez en la década de los 20.

Fue algo que la clase media dominante para 1970 y posterior lo llevaban en la sangre y que como grito silencioso terminaron por escupir. En buena Manera Es Hoy Los Orígenes Del Problema Venezolano.

Audio Entrada: Sintaxis Monocromática de Algo Podrido. Parte 1: Los Orígenes Del Problema Venezolano

 

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