Mi Comentario Para Javu. Por Plastita's

En un periódico de circulación regional (Notitarde) se leyó en primera página la detención de un joven estudiante que responde al nombre de Julio César Rivas, por su participación en unos hechos violentos y por ser miembro de un grupo de jóvenes que no militan en las filas del gobierno. En lo personal siempre he sentido curiosidad por aquellos grupos donde militan personas de escasa experiencia en la vida, son gente con una llama en su visión muy pocas veces visto, con deseos de ser oídos, incluidos, con una gran carga de ingenuidad, generalmente no contaminados por los políticos de oficio, guabinas de alcantarillas, chorroscos de rio sucio que no chupan piedras precisamente. Por lo general son personas respondonas, inconformes, con ganas de tener un futuro mejor, soñadores y muy solidarios.

No conozco a Julio César pero estoy seguro que lo que le acontece le está formando un carácter más fuerte, porque aunque nunca he estado en prisión, se que no es un buen lugar para nadie. Sin embargo no entiendo lo rápido que se porta la justicia venezolana en algunos casos y en otros actúa de una manera vergonzosamente perezosa. Existe un ministro en funciones, ex gobernador, que se le acusa de adquirir unidades vehiculares para los bomberos, sin licitación alguna, y de paso fueron compradas a un intermediario, empresa donde un familiar directo ejercía funciones de gerencia, las cuales nunca fueron entregadas, lo triste del caso es que ejerce funciones de súper ministro, aupando la corrupción llenando de lodo lo poco que queda limpio en la revolución.

Maripili Hernández fue llamada ladrona en la Asamblea Nacional y aun está libre, en la calle cumpliendo con su vida de la manera más normal. Pero veamos un caso más grave aun, hace poco murió un militar de alto rango luego de ser secuestrado, la muerte recayó en uno de los integrantes de una peligrosa banda con un prontuario judicial bárbaro, y en su antepenúltima andanza, cometida en Anzoátegui se le dio libertad bajo régimen de presentación solo para que se trasladara a Caracas a asesinar a un funcionario militar.

Lo triste del caso fue ver las acusaciones emitidas por boca e' cloaca y lo que desencadenó, con una actuación propia de un fiscal, vestido de militar, y lo veloz que actuó el ministerio público, Mario Silva se ha convertido en un Lina Ron, pero con micrófono, luego se molestan cuando Globovisión muestra las suciedades cometidas por el gobierno.

A Julio se le acusa de no esconder su cara detrás de una capucha, de no cargar una pistola en la cintura, de no esconderse como lo hicieron los chavistas mas chavista que Chávez el once de abril, se le acusa de querer un país mejor, de soñar transitar por Venezuela sin miedo a ser robado o en el peor de los casos a ser asesinado impunemente, porque ese es el sueño de los que no compartimos las idioteces del "maisimo lidel", de los que por ahora estamos en la acera del frente.

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