Los chabestias siempre me critican lo criticón (valga la redundancia) que soy del proceso; sin embargo fui antes de que nuestro presidente se quedara sin nombre, un fiel admirador de la revolución y mis aportes eran habituales, siempre soñé con un país mejor y nunca imaginé que este parapeto de gobierno me dejara tanta desilusión.
Chávez en algún momento se despedirá sin gloria de Miraflores, saldrá por voluntad popular, su ineficiencia ha contaminado todos los rincones del país, nos anuncian como la tabla de salvación del mundo a las empresas socialistas, pero jamás mencionan a Sidor, a las empresas del aluminio, Rualca y la cantidad de empresas que son tocadas por el gobierno y que de la noche a la mañana son convertidas en ruinas.
Podría seguir enunciando los grandes fracasos de este vómito cubano, pero no es la intención en este momento. Somos un país extremadamente rico, nuestro subsuelo contiene los recursos con lo que soñaba Japón hasta antes de la segunda guerra mundial, tenemos una población que en las dificultades se crece y se hace invencible, tenemos una extensa red de vías terrestres y marítimas y una ubicación geográfica envidiable. Sin embargo no hemos contado con un gobierno que homogenice a la población, que nos conduzca a un fin común: el desarrollo, la utilización de nuestra materia prima para la elaboración de productos terminados.
Los venezolanos tenemos que terminar de una vez por todas con la inmediatez y el mesianismo, no existe una fórmula mágica que conduzca al desarrollo sin la unión de todos los que habitan al país en un momento dado, un hombre, un partido, una fracción no representan al colectivo, y poco o nada lograrán sino consolidan el trabajo mancomunado por el bien general.
Pero para eso debe existir un proyecto concreto, basado en experiencias reales, y adaptado a las condiciones del país, no se puede improvisar, los ensayos se deben dejar en manos de los científicos y sus ratas de laboratorio, debe ser presentado por gente preparada y no focas loros, debe ser sometido a la evaluación del todos los sectores que hacen vida activa en el país.
A este país le hace falta cultura de trabajo, ya los parásitos sueñan con jornadas de seis horas, y mañana serán cuatro, y quien sabe si dentro de poco sueñan con quedarse en la casa esperando las migajas que reparte el gobierno, creo que una jornada de ocho horas es suficiente si no se mejoran las condiciones generales del país, seis horas sería crear jornadas de doce horas porque para nadie es un secreto que el sueldo mínimo no alcanza estaríamos hablando de la esclavitud moderna, y personalmente no creo que las empresas del estado puedan cargar un nuevo turno.
Se le debe hacer la guerra al ocio, nuestras cárceles son el mejor ejemplo de lo que este mal puede llegar a causar, hoy por hoy son la universidad del crimen, gente hacinada sin ninguna labor productiva son una carga para el estado, amen que desde las cárceles venezolanas se cometen una gran cantidad de delitos, nuestras cárceles no transforman para bien a nadie, solo crea más resentidos sociales.
Al sector educativo hay que darle una revisión profunda, es triste la situación actual, niños que no saben leer, sumar, restar, gente que pasa de grado sin tener los conocimientos necesarios, maestros que trabajan de lunes a jueves cuando no hay un feriado atravesado, amén de los reposeros. La revolución ha echado mano de gente sin la más mínima preparación que ha acentuado más la crisis educativa. Los educadores deben acceder a mejores beneficios económicos siempre y cuando se mejore el sistema, y la educación brindada sea de calidad, trabajen la semana completa y se dejen a un lado tantos feriados.
Los próximos escritos serán aportes, espero ideas, serán bienvenidas, falta mucho por construir.
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