Hace poco me llegaron unas imágenes de un barrio de la capital venezolana donde unos niños se muestran al mundo con tremendo juguetes, imagino que su afición a estos tipos de juguetes los adquirieron jugando algún juego bélico, cuando de repente !Oh, sorpresa! las fotos de los chamitos armados le llegó a una licenciada de la UCV que trabajó en la zona, y para sorpresa defendió al gobierno venezolano acusando al imperio de la conducta de los adolescentes. Los argumentos llegan al extremo de lo ridículo, y yo me pregunto: ¿que haría la honorable señora si alguno de esos muchachos de metieran un tiro a uno de sus hijos, o a su mamá, e incluso a ella misma? imagino que le endosará la culpa al imperio porque no repartió chalecos antibalas. Es triste ver gente con formación, pero sin conciencia ni corazón, mientras le tiren migajas y una de esas balas no se le incrusten a un hijo, que puede importar.
El país esta desandando la vía comenzada a principios de siglo, nunca como antes se depende de las importaciones, en una eventual guerra nos bloquean los puertos y nos volvemos antropófagos, los fondos zamoranos, por confusión de los egresados de las misiones son hoy fondos zamuranos, donde abunda el monte y la desidia. Este gobierno toca y destruye; hace poco tomaron las fincas de un banquero y hoy por hoy son nidos de ratas, fincas altamente productivas saqueadas por funcionarios gubernamentales y los obreros pasando el hambre porque no les cancelan el sueldo.
Las empresa básicas son un montón de ruinas produciendo pérdidas, y el venezolano tiene que hacer magia para comprar una cabilla, amén del cemento, en los Andes venezolanos se hace una cola semanal para adquirir diez sacos solamente. Existe una marcada deficiencia en la oferta de la harina de maíz, cuyo precio puede triplicar el regulado en el mercado informal
El gobierno no pie con bola en relación al dólar, el paralelo casi dobla el controlado muy a pesar de las emisiones de deuda pública que compromete el futuro de los venezolanos. La gente ve con angustia como Esteban se la pasa como el viajero sonriente, mientras los hijos de Juan Pendejo y sus familiares son despachados al más allá, por un hampa con mejor armamento que el ejército.
La gente se pregunta cuando se le aplicará la capa asfáltica que tanto necesitan nuestras vías, verdaderas guillotinas y enemigas de cauchos y trenes delantero, y amigas de mecánicos y ventas de repuestos, repuestos que cada día se hacen más difícil de conseguir y cuyos precios andan por la nubes. Existe una gran cantidad de puentes que poco a poco se convierten en ruinas, vías sin señalización y sin alumbrado, perfectos nidos para los ladrones y piratas de carreteras.
Venezuela es hoy un país donde se castiga al ciudadano que trabaja, mientras los delincuentes andan en la vía haciendo de las suya… Tremendo gobierno… Paja, farandulismo o muerte.